sábado, 30 de agosto de 2008

JUNTAS PERO NO REVUELTAS

Unidas por la cadera, a las inglesas Violet y Daisy Hilton las rechazó su madre en la cuna y fueron adoptadas por quien las daría su apellido, Mrs. Mary Hilton. Esta dama haría una gran fortuna exhibiéndolas a principios de siglo en circos y salas de fiesta de Europa y más tarde en Texas. Estas siamesas fueron probablemente las freaks mejor pagadas del mundo del espectáculo, llegando a recaudar más de 6000 dólares -de entonces- en una semana. Pero dilapidaron sus ganancias en parte debido a la agitada vida sentimental que llevaron, ya que muchos de sus amantes tenían demasiado interés por su dinero. No tenían demasiados complejos y, por ejemplo, respecto al siempre morboso tema del sexo compartido a la fuerza, ellas comentaban que podían aislarse mentalmente, así que mientras una disfrutaba de la velada amorosa, la otra estaría a lo suyo con sus pensamientos. Parece que las dos eran bastante promiscuas y a menudo les divertía acostarse con el mismo hombre. Cuando tenían 24 años participaron en la película Freaks (1931), donde fueron las únicas, junto a los enanos, a las que se les permitía el acceso al comedor principal. Tras esta película, filmarían Chained for life (1950) y su secuela, Torned by a knife. Al final una de sus giras resultó un fracaso y tuvieron que quedarse en Charlotte trabajando en una tienda de ultramarinos. En esa ciudad de North Caroline fallecerían de una gripe.

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